La prueba viviente de que, cuando uno es un genio, es un genio. Compuesta por Rossini, El Barbero de Sevilla tiene una de las arias de ópera más conocidas de la historia de la música, quizá por su animado tono y su facilidad para conmover nuestros corazones (y es que todos somos Fígaro cuando se nos da bien algo).
Rossini, que también es conocido por inventar esos deliciosos canelones que llevan su nombre, dejó el mundo de la fama para irse a París a cocinar -su verdadera pasión.
Con-dos-hue-vos.